“Hay una baja percepción en las empresas de la peligrosidad de esta situación”
- Según Edmundo Soto, presidente de la firma especializada en automatización tributaria, actualmente algunas compañías reciben facturas, sin verificar al emisor y el contenido en el plazo de ocho días que establece la Ley. En ese sentido, recalca que la automatización de los procesos es fundamental.
El revuelo que ha causado el llamado mega fraude tributario ha sido relevante debido al modus operandis utilizado por las 55 personas involucradas en la emisión de más de 100 mil facturas falsas para defraudar al Fisco por más de $240 mil millones. En ese sentido, desde Easytax firma especializada en la automatización de la gestión tributaria y de documentos electrónicos – su presidente, Edmundo Soto, explica las características de este delito y las comparaciones con otros casos que han ocurrido.
En ese sentido, recalca la importancia de la automatización de los sistemas que deben adoptar tanto las grandes como medianas y pequeñas empresas para evitar estos eventuales delitos, sobre todo considerando que, según él, no existe una completa conciencia del riesgo que esto implica y de los beneficios que la automatización de sistemas puede traer.
¿Cómo se puede explicar este mega fraude y cuáles son sus principales características?
- Basado en la información pública y lo que ha dicho el SII, se trata de una actividad delictual que se desarrolló por varios años y que consideró una gran cantidad de sociedades y una amplitud de personas que participaron y eso también explica los montos involucrados. El mega fraude se caracteriza esencialmente por la creación o utilización de sociedades prácticamente falsas o de fachada, o a las que se les daba artificialmente un movimiento en sus libros y declaraciones para aparentar existencia y usar esas sociedades para, finalmente, emitir facturas falsas. Éstas eran utilizadas, ya sea, por contribuyentes verdaderos con actividades reales, para rebajar sus impuestos u obtener alguna devolución, o, eran usadas por otras sociedades también falsas que obtenían devoluciones de impuestos a las exportaciones, de IVA a exportadores.
¿Qué tiene de distinto o en común con otros casos de defraudación tributaria que hemos conocido en los últimos años?
- Es interesante comparar este caso con el de Factop, porque, si bien, el denominador común son las facturas falsas, son casos totalmente diferentes. En el mega fraude, básicamente, estos grupos delictuales creaban o reclutaban decenas o cientos de sociedades que utilizaban para emitir sus facturas y aparentar operaciones comerciales reales, pero en el caso Factop, lo que habría eventualmente son compañías reales que tenían operaciones reales y que emitían facturas falsas para usarlas para obtener financiamiento de entidades de factoring o bancarias. Por tanto, si bien en el mega fraude son empresas falsas que tenían movimientos en los papeles solamente, en este otro caso serían aparentemente compañías de verdad, que, aprovechando su existencia, se emitían estas facturas cruzadas. Entonces, en este caso, el defraudado principal o el engañado es la entidad financiera que prestó o el que, después de todo esto, adquirió estas facturas pensando en que se iban a pagar sin prejuicio que eventualmente también hay algún aprovechamiento fiscal, pero, al parecer, el objetivo principal no era defraudar al fisco, sino que obtener préstamos. Además, también el factoring podría haber adquirido facturas derechamente falsas de alguna entidad que se dedicaba a emitir facturas falsas a terceros, y si estos terceros no se percataban de la existencia de estas facturas en el plazo legal de 8 días, , se consideraban válidamente emitidas y la deuda como existente. Entonces estos emisores falsos factorizaban esta factura falsa obteniendo un anticipo de la factura, defraudando al receptor de la factura y/o al factoring.
Por ejemplo, ¿en qué se diferencia el caso Audios de este último mega fraude?
- El caso Audios entraría en la categoría de compañías reales que emiten facturas falsas con el objetivo de que el emisor en colusión con el receptor pudieran obtener financiamiento. Ahí, entonces, se montó una operación que iban renovando hasta que se cayó y se destapó el fraude.
En ese sentido, ¿se podría decir que hay distintos tipos de defraudación tributaria con objetivos distintos?
- En el llamado mega fraude el objetivo es tributario. Es decir, el negocio es vender facturas falsas para pagar menos impuestos y el precio de venta era función de los impuestos que se evadían o de las devoluciones ilícitas. En el otro caso, tenemos facturas falsas para defraudar a entidades financieras, defraudar a receptores de facturas que no se percataban que alguien les había emitido una factura falsa.
En mi opinión, hay una baja percepción de la peligrosidad de esta situación. Muchas compañías notan que han recibido una factura sin verificar al emisor, y no se dan cuenta que si no hacen algo dentro de los ocho días que establece la Ley, esa factura queda firme y puede terminar en manos de un factoring que se las termina cobrando.
Hemos visto con algunos de nuestros clientes que había una conciencia del riesgo pero una percepción baja de que pasara algo. Hasta que les pasó. Ha habido casos de proveedores que abultaron cobros en facturas conociendo las debilidades del sistema de control, para después ir a un factoring a pedir préstamos.
¿El modus operandis para la defraudación como en este caso es distinto si se trata del fisco y/o entre particulares?
- Sí, son distintos. El modus operandis de fraude al fisco es más complejo. Por ejemplo, para evitar que apareciera un vínculo entre las sociedades falsas usaban personas no relacionadas entre ellas para crear las sociedades y luego tomaban control de ellas con las claves de operación del SII. Entonces se hace más difícil detectar la irregularidad. La detección de estas operaciones requiere análisis más complejos y descubrir patrones, como si hay o no flujos efectivos, y si hay pago real de impuestos por las facturas emitidas, o si son puras transacciones contables sin pago. Por tanto, en el caso del fraude al Fisco, estamos ante agrupaciones dedicadas y complejas que elaboran y planifican su acción de manera sofisticada, probablemente con alguna asesoría o conocimiento profesional. Por otro lado, en el caso del fraude a particulares, puede haber de todo, desde el que simplemente creó una sociedad en un día y empieza a emitir facturas para ver si alguien cae hasta alguna empresa real que, aprovechándose y descubriendo que el comprador tiene debilidades en sus controles, emite una factura con el propósito de después cederla. Entonces, lo que está haciendo Easy Tax es darles un soporte y una ayuda automatizada a los clientes, para verificar si las facturas son reales, si corresponden a las operaciones contratadas, si el que está pidiendo el pago es el titular del documento en ese instante. Por tanto, eso requiere de nuevas herramientas que respondan a la velocidad de las operaciones. Las empresas más grandes ya están muy conscientes de esto, y la mayoría está estableciendo sus mecanismos de control, pero todavía, a nivel de empresas medianas y pequeñas, yo creo que hay poca percepción de los riesgos. Por ejemplo, ahora que es verano y el contador de la PYME se va de vacaciones ¿quién revisará las facturas que se reciban?
¿Este tipo de fraudes se da más en instituciones, personas particulares o empresas?
- Esto se da principalmente en empresas porque ahí es donde se mueven las sumas y los volúmenes que permiten hacer lucrativos estos negocios. Hay conciencia de la necesidad de controlar esto. O sea, hoy, la Ley dice que una factura está aceptada después de ocho días que no se ha reclamado y se vuelve una especie de pagaré y empieza a circular. Entonces, la facturación electrónica ha traído muchos beneficios, pero también riesgos asociados y muchas empresas pequeñas y medianas aún no tienen conciencia.
¿La automatización es el método más efectivo para combatir este tipo de fraudes?
- La automatización es fundamental. Imaginemos una empresa que recibe cada día cientos o miles de facturas, es humanamente imposible tener un ejército de gente revisando. Entonces, necesariamente, grandes compañías con muchos proveedores deben tener sistemas automatizados. No hay otra manera real de cubrir ese riesgo. Si no se tiene un sistema automatizado se juega un poco a la ruleta rusa, donde inevitablemente va a aparecer un problema. Hoy el sistema automatizado es la forma de controlar y establecer los parámetros de aceptación, qué se hace en cada caso y se crean flujos de aprobación. Esto da más tranquilidad porque se sabe que hay alguien 24/7 que va a evitar que a esas empresas les “metan un gol”.
En ese sentido, ¿Qué herramientas puede ocupar una empresa que puede serle más útil para enfrentar una situación como ésta?
- Nosotros, como Easytax, entregamos un software estandarizado que se integra al sistema de nuestros clientes para el proceso completo de cuentas por pagar, incluyendo la validación de las facturas, la comunicación con el proveedor, el registro contable y hasta el pronto pago. Con empresas de factoring trabajamos permanentemente en mecanismos para evaluar a clientes y detectar situaciones irregulares porque el delito va mutando su forma.
¿La automatización de procesos puede ayudar a detectar tempranamente un potencial fraude?
- Siempre, como en todas las cosas, las grandes compañías van más a la vanguardia, son las que innovan primero y tienen la necesidad de procesar gran cantidad de documentos y la única forma de hacerlo es con un sistema automatizado. Con el tiempo, todas estas prácticas de vanguardia se van a ir masificando. Los costos se van haciendo, también, más asequibles para las empresas más pequeñas, y creo que probablemente, de acá a unos años, vamos a ver que todo el mundo lo va a utilizar porque va a ser un estándar básico.
El modelo DTE Flow para prevenir riesgos de fraude.
Easytax ha desarrollado una tecnología llamada DT Flow que compara la información de la empresa con la información de la factura que se recibe. Es decir, al llegar el documento, el software captura la información desde la empresa y la compara con los documentos verificando que los datos y montos sean correctos.
“Toda esa comparación la hacemos en fracciones de segundo, y si es positiva, se le informa a los sistemas de la empresa para que la empresa proceda a todos los mecanismos para el pago de la factura, y si no coincide, la factura se reclama y se le informa al proveedor que tiene un problema con esa factura”, sostiene Edmundo Soto.
Agrega que “no solo es un beneficio para el comprador que puede automáticamente verificar esto, sino que el proveedor también oportunamente sabe que hay un problema con su factura”.
Por su parte, Claudio González, CEO de Easytax, afirma que la aplicación permite que “la verificación de cada documento se haga de manera automática contra la información de compra y ventas que tenga cada empresa”. Añade que el software está diseñado para “obtener exclusivamente desde Impuestos Internos el registro de compras y ventas de cada empresa, y este proceso se realiza dos a tres veces por día para mantener la información lo más actualizada posible”.